Por: Marcia Paola Márquez Cetina. Trabajadora social, magíster en Desarrollo Educativo y Social. Investigadora de la línea de Investigación Diálogo y Memoria del Colectivo Pensamiento Pedagógico Contemporáneo. Trabajadora Social del Programa Aulas de Apoyo Pedagógico del Colegio las Américas IED. Voluntaria en la organización trasnacional Rodeemos el Diálogo. marciapaolamc@gmail.com ORCID:0000-0001-9462-5455
La escuela como referente de construcción de ciudadanías, ha tenido un papel protagónico en la educación para la paz, especialmente en nuestro país, un país fuertemente golpeado por la violencia sociopolítica, la desigualdad social y la falta de garantías de justicia. Es así, como la emergencia de una educación orientada hacia la cultura de diálogo y participación se constituye en un elemento clave para la transformación social.
Y es que la escuela en su quehacer formador tiene la posibilidad de generar nuevas lecturas sobre el pasado desde el presente, para transitar hacia una sociedad con mejores condiciones para la no violencia. En tal sentido, el abordaje de las pedagogías de la memoria en la escuela, tiene implícito una intencionalidad ético-política, que reconoce la necesidad de una lectura de la memoria situada y territorializada, que distingue a los sujetos inmersos en la escuela y fuera de ella, como sujetos activos que pueden viabilizar las transformaciones que se requieren.
“La emergencia de una educación orientada hacia la cultura de diálogo y la participación, se constituye en un elemento clave para la transformación social”
Ahora bien, trabajar desde las pedagogías de la memoria implica reconocer las disputas por la memoria y las distintas formas de utilizar el pasado. Es fundamental traer a esta reflexión lo señalado por Tzvetan Todorov (2013) quien manifiesta que la memoria tiene que servir para evitar la repetición de situaciones violentas, siendo este el mensaje principal para las nuevas generaciones: la memoria no es para acrecentar los odios, sino para comprender lo que ocurrió, reconocer la humanidad de los victimarios y evitar las posiciones de “buenos o malos”, del “nosotros” y “los otros”.
En el marco de la guerra ambos bandos cometieron crímenes, pero sólo se reconoce una parte de ellos. Entender que hubo sociedades que transformaron sus valores en nombre de una idea, trayendo consigo destrucción y muerte, para imponer por la fuerza su verdad, y su reconocimiento, permite comprender la fragilidad humana y las posibilidad de su destrucción o construcción, lo que nos trae de vuelta la idea de edificar una ciudadanía activa capaz de comprender lo ocurrido y optar por alternativas distintas a la violencia.
“Mensaje principal para las nuevas generaciones: la memoria no es para acrecentar los odios, sino para comprender lo que ocurrió, reconocer la humanidad de los victimarios y evitar las posiciones de “buenos o malos”
En consonancia con lo anterior, Sandoval (2016) manifiesta que, desde la cultura por la paz, se requiere una memoria que reflexione “diferente sobre los “otros”, los violentos y sus violencias, así como también de las construcciones de paz para elaborar y comprender las memorias que servirán para educarnos en paz.” (p. 216).
Ponerse en los zapatos del otro, escucharle para comprender sus motivaciones y miradas de mundo, es fundamental para pensar en reconciliaciones perdurables, lo que nos hace pensar en el diálogo, como garante de nuevas posibilidades para hacer de esta sociedad, una sociedad que reconozca sus diferencias y en ese marco, actúe con respeto, entendiendo que el valor fundamental a preservar es el valor de la vida.
“...la memoria en la escuela tiene implícito una intencionalidad ético-política que reconoce la necesidad de una lectura de la memoria situada y territorializada”
Referencias
Sandoval, E. (2016). Educación para la Paz Integral. Memoria, interculturalidad y decolonialidad. ARFO Editores e impresores S.A. Bogotá, Colombia.
Todorov, T. (2013). Los Usos de la Memoria. Memoria. Revista sobre Cultura, Memoria y Derechos Humanos No. 10, mayo de 2013. Instituto de Democracia y Derechos Humanos.