Por: David Esteban Pineda. Periodista IDEP - prensa@idep.edu.co
Desde el año 2008, el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación ha trabajado para promover una cultura de paz y respeto por los derechos humanos a partir de la memoria y la verdad histórica en Colombia.
Uno de sus más recientes desafíos fue apoyar la divulgación del Informe Final de la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, en los contextos escolares, estrategia que tuvo una gran acogida y que se consolidó como un nuevo paso hacia el abordaje, la comprensión y la reflexión alrededor del conflicto o la paz en las escuelas del país.
Para hablar sobre el resultado de este trabajo y sobre el aporte a la construcción de una educación para la paz y de pedagogías para la memoria, Aula a Fondo habló con José Antequera Guzmán, el director y parte del equipo creador del Centro y quien ha liderado la reivindicación de la memoria y la defensa de los derechos humanos y la paz por varios años en Colombia.
1. ¿Por qué en Bogotá hablamos de que abrazar la verdad es educar? ¿en qué consistió?
La Escuela Abraza La Verdad fue una estrategia promovida a nivel nacional por la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad (CEV), para potenciar la apropiación social de la labor de la Comisión, del Informe Final de la Comisión y de otros materiales pedagógicos construidos con este mismo sentido.
Para la socialización y acompañamiento con comunidades escolares se convocaron a varios actores y sectores que trabajan en la construcción de culturas y educaciones para la paz, en el caso de Bogotá, el liderazgo estuvo en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación y la Secretaría de Educación del Distrito, quienes articuladamente diseñamos metodologías para movilizar en las instituciones educativas acciones que promovían reflexiones en torno a las relaciones entre arte y verdad, narrativas testimoniales y esclarecimiento y, la mirada de los niños, niñas, jóvenes y adultos sobre el informe que la Comisión le entregaba a las escuelas del país.
“Hay una motivación real por construir una sociedad diferente, y hay una inquietud social grande por conocer el contenido del Informe de la Comisión”
Foto tomada de https://centrodememoriahistorica.gov.co/
“La falta de enseñanza de la historia colombiana, en general, definitivamente ha impactado mucho la posibilidad de promover ejercicios reflexivos alrededor de la construcción de futuro”
2. ¿El éxito de este proceso se debe a que aún no sabemos cómo abordar el conflicto armado desde la escuela o a que hay una motivación real por construir una sociedad diferente?
El éxito de este proceso se debe a varios asuntos. En primer lugar si es cierto que hay una motivación real por construir una sociedad diferente, y hay una inquietud social grande por conocer el contenido del Informe de la Comisión. Por ejemplo, cuando lanzamos la inscripción al diplomado de “Apropiación del Informe de la CEV para Contextos Educativos y Comunitarios”, excedimos por mucho la expectativa de convocatoria, porque había un interés genuino de aproximarse al Informe Final. Aproximadamente 13.000 personas se inscribieron y el cupo máximo eran 200.
Un segundo factor tiene que ver con la preexistencia de unas prácticas pedagógicas por la verdad, la memoria y la paz en la ciudad. Desde 2020 en el Centro de Memoria hemos procurado identificar y convocar a docentes y planteles educativos que tienen apuestas en este sentido en la ciudad, y pronto nos dimos cuenta que hay unas experiencias ya arraigadas en instituciones y comunidades educativas, que con distintos niveles de trayectoria han procurado abrir estas discusiones y promover ciudadanías críticas alrededor de la reflexión sobre el conflicto armado, la construcción de paz o la promoción de ejercicios de circulación o de creación de memorias. Esta mirada que tiene como centro las prácticas pedagógicas, abre la discusión sobre las múltiples formas de acercamiento que tienen las comunidades sobre la construcción de pedagogías de memoria y paz en los territorios. Estaríamos acercando a leer las transformaciones propuestas desde los micro y ver las interconexiones que se podrían realizar con los hallazgos del informe de la CEV.
3. Eso me lleva a preguntarle ¿Cree que la enseñanza de la historia del conflicto colombiano nos ha quitado la posibilidad de sentirnos parte de él? Foucault lo llamaba el racismo político…
La falta de enseñanza de la historia colombiana, en general, definitivamente ha impactado mucho la posibilidad de promover ejercicios reflexivos alrededor de la construcción de futuro, a pensarnos como sociedad y a pensar sobre la democracia. Esto por su puesto ha incluido una ausencia institucional de esfuerzos acerca de la comprensión de la violencia política y el conflicto armado reciente.
“La reflexión sobre conflicto y violencia se circunscribe en un objetivo mayor y es cómo se promueven capacidades y se proponen reflexiones que promuevan ciudadanías críticas que le apuestan a la paz”
Foto tomada de https://centrodememoriahistorica.gov.co/
Esto, más que hacernos sentir o no parte del conflicto armado, el efecto si ha sido la falta de reflexión sobre estos asuntos, con perspectiva de construcción de acuerdos como sociedad.
4. ¿Qué variables cree que se deben tener en cuenta para abordar, comprender y reflexionar alrededor del conflicto o la paz en las escuelas del país?
Primero, retomar desde los saberes y experiencias construidas que ya hay en las escuelas sobre el tema; segundo, comprender que no se trata de un ejercicio de aprendizaje plano, y en ese sentido apostar a la co-creación; y tercero, abordar ejercicios de verdad y memoria alrededor del conflicto armado deben tener una intencionalidad prospectiva de futuro.
5. Hablemos de las experiencias pedagógicas para la memoria. ¿Cómo se ha venido haciendo la transición de los hechos violentos de la historia colombiana a la construcción de una cultura de paz?
En Bogotá, hay una buena experiencia al respecto y ha sido la construcción de lineamientos que construimos en conjunto el CMPR y la Secretaría de Educación de Cátedra de Paz. Producto de este trabajo realizamos una publicación el año pasado.
Lo que hicimos fue incorporar la reflexión sobre memoria sobre el conflicto armado y la violencia política, dentro de los ejes temáticos. Esto supone que en perspectiva de construcción de paz la reflexión sobre el conflicto armado no abarca todo el contenido, sino se conjuga con otros elementos relevantes para la construcción de paz. Entonces al incluirse en una apuesta mayor, también la reflexión sobre conflicto y violencia se circunscribe en un objetivo mayor y es cómo se promueven capacidades y se proponer reflexiones que promuevan ciudadanías críticas que le apuestan a la paz.
Foto tomada de https://centrodememoriahistorica.gov.co/
Foto tomada de https://centrodememoriahistorica.gov.co/
6. ¿Qué papel han cumplido los maestros y maestras en ese tránsito?
El papel de los y las maestras ha sido fundamental, en tanto muchos de ellos son quienes autónomamente han agenciado estas discusiones en el aula, aunado en la estrategia que hemos denominado Comunidad de Prácticas Pedagógicas por la Verdad, la Memoria y la No Repetición en Bogotá de la que hacen parte varias instituciones, organizaciones e iniciativas civiles por la memoria, la paz y la reconciliación, y hemos tenido un interés especial en el diálogo, la reflexión y la apropiación de la verdad desde la pedagogía.
“Ya hay unas experiencias arraigadas en instituciones y comunidades educativas para promover ciudadanías críticas alrededor de la reflexión sobre el conflicto armado, la construcción de paz o la creación de memorias”
Articulado a las Comunidad de Prácticas, se han realizado acciones colectivas como el diplomado ‘Apropiación del informe de la comisión de la verdad en contextos educativos y comunitarios’, acciones coordinadas con algunos de los miembros de la comunidad, y esfuerzos individuales de cada colectivo o institución para posicionar el legado, la discusión sobre la verdad, y las apuestas de memoria, como vías para la construcción de paz. Por ejemplo, desde el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación hemos venido implementando el proyecto ‘Colegios como lugares de Memoria’ como una apuesta de fortalecer iniciativas de memoria disponibles en colegios de la ciudad y promover apuestas del mismo corte en otros en donde había la intención de emprenderlos, a la par que varias instituciones educativas han emprendido sus propios esfuerzos de reflexión y creación sobre verdad, memoria y paz, o que la Secretaría de Educación ha realizado avances significativos en el mismo sentido.
“Desde el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación hemos venido implementando el proyecto ‘Colegios como lugares de Memoria’ como una apuesta de fortalecer iniciativas de memoria”
7. El relato, el diálogo y las narrativas son eje fundamental en las pedagogías de la memoria. ¿Cómo garantizar el derecho a la palabra en las escuelas?
Desde una perspectiva dialógica los procesos de enseñanza- aprendizaje tienen mayor valor en la medida que las personas puedan encontrar su voz, reconociendo en sus marcos socio- culturales aspectos centrales de transformación de sus contextos.
En este sentido, que las comunidades escolares relean y recreen las narrativas en el marco del conflicto armado y la violencia sociopolítica, posibilita que estos dispositivos transciendan el lugar del reconocimiento de las afectaciones e impactos, sino que, por medio de ellos, los niños, niñas, jóvenes y adultos y las familias pueden construir entramados más críticos en el presente de las lecturas que se realizan colectivamente del pasado para construir otros futuros.
“Fue muy interesante visibilizar que los-las docentes de diversos saberes están diseñando propuestas didácticas más allá de sus campos de conocimiento y pensando en entrecruzar con otras áreas”
Además, no se ven desde la distancia o la otra orilla lejana, por el contrario, movilizar acciones pedagógicas nucleadas en lo testimonial permite aproximar las experiencias de los otros- as a las propias, desde la mirada que pregunta e interpela lo ocurrido, para generar acciones comunes y plantear posibles caminos de no repetición y de apuestas didácticas y metodológicas que encuentran en la pedagogía de la memoria y la verdad derroteros para hablar en los territorios de educación para la paz.
“Los procesos de enseñanza- aprendizaje tienen mayor valor en la medida que las personas puedan encontrar su voz”
8. Más allá del conflicto armado ¿Cuáles son esas otras dimensiones que se relacionan con la construcción de paz en las aulas? ¿Cómo motivar a niñas, niños y jóvenes a trabajar en temas de memoria y paz?
Desde el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación hemos movilizado en las escuelas estrategias y proyectos que plantean la relación educación-memoria, con preguntas sobre qué se recuerda, quiénes construyen y transmiten memorias y cómo lo hacen; las formas como los colegios públicos y privados dan cuenta de estos interrogantes se pudo evidenciar en los tres encuentros de experiencias pedagógicas en pedagogía de la memoria y la paz, puesto que permitió reconocer las formas de gestionar curricular y pedagógicamente sus horizontes de transformación territorial y aporte a la educación para la paz de la ciudad. Fue muy interesante visibilizar que los-las docentes de diversos saberes están diseñando propuestas didácticas más allá de sus campos de conocimiento y pensando en entrecruzar con otras áreas. Solo por citar un par de ejemplos:
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