Esta recordación se enmarca en protestas estudiantiles, asambleas en las universidades y actos culturales en honor a los jóvenes muertos que ha dejado la violencia vivida a lo largo de la historia nacional.
Algo acerca de la historia de esta conmemoración
El 13 de marzo de 1909, los estudiantes se movilizaron contra el presidente Rafael Reyes. La respuesta de su gobierno, fue haber declarado el Estado de Sitio y el encarcelamiento de los dirigentes estudiantiles. En la década de los años 20, el estudiantado colombiano se vio claramente atravesado y dinamizado por los postulados del “Manifiesto de Córdoba”, que cobró vigencia el 12 de junio de 1918.
El 7 de junio de 1929, los grupos de estudiantes marcharon por las calles en repudio a la “masacre de las bananeras” y al nombramiento del General Cortés Vargas, como jefe de policía de la ciudad de Bogotá, quien fue el responsable de dicha masacre.
Cuando la marcha llegó al Palacio Presidencial, la multitud fue reprimida y dio como resultado la muerte del estudiante de Derecho de la Universidad Nacional, Gonzalo Bravo Pérez. Cuando se dirigía al Café Capitolio, una bala de la guardia presidencial lo alcanzó por la espalda.
Una gran manifestación acompañó a su última morada los restos del estudiante, y la magnitud de las protestas lograron la destitución y procesamiento del teniente Cortés Vargas, de los Ministros y militares involucrados.
Desde entonces, el 8 de junio se convirtió en una fecha conmemorativa de uno de los mártires del movimiento estudiantil colombiano y en el año de 1954, en el marco de su vigésimo quinto aniversario, los estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia, realizaron una marcha pacífica desde la ciudadela universitaria hasta el Palacio Presidencial. Durante el recorrido, se presentaron choques con la policía, pero la marcha pudo continuar hasta el centro de la ciudad. Cuando los manifestantes volvían a la sede universitaria, la fuerza pública acabó con la vida del estudiante Uriel Gutiérrez.
Al día siguiente, 9 de junio, los estudiantes salieron a protestar por el fatídico hecho del día anterior, cuando estos avanzaban por la carrera séptima, en recorrido al Palacio Presidencial, surgió la orden de disolverse; en ese instante, los estudiantes se sentaron pacíficamente en los andenes y algunos pronunciaron consignas y discursos. De un momento a otro, se escucharon las descargas de carabinas siendo disparadas por el ejército contra los estudiantes. 11 de ellos murieron y cerca de cincuenta quedaron heridos. Para el 10 de mayo de 1957, el movimiento estudiantil fue una de las principales fuerzas del movimiento cívico que propició la caída del General Rojas Pinilla, por lo cual fueron elogiados como “héroes de la democracia”.
Cincuenta años después, la muerte de los estudiantes de mitad de siglo, los estudiantes sobrevivientes, se congregaron en 2004, en el lugar de la masacre para conmemorar esta fecha e instalar una placa en homenaje a los mártires estudiantiles. La historia del movimiento estudiantil Colombiano está llena de luchas y mártires que han ido surgiendo a lo largo del camino; por ello, es muy importante recordarlos y se mantengan vivas esas ideas a través de nuestros actos.
Fuente: Política y víctimas 2014.