Construir en red ha significado sanación

Kelly Pulido es profesora de Preescolar, su pasión por lo que hace se nota en cada gesto y en recordar las recompensas que le han traído su trabajo con otros docentes de la Red Divergente, de la cual es lideresa, y cuya labor aborda la educación integral para la sexualidad y la prevención de violencias.
Su experiencia en el colegio Nueva Delhi, ubicado en la localidad de San Cristóbal está relacionada, entre otras, con la diversidad sexual en el contexto educativo, y específicamente, cómo trabajar temas relacionados con la diversidad y la no discriminación desde una perspectiva del enfoque de curso de vida, lo cual implica considerar el desarrollo según el ciclo vital de los estudiantes.
El reto no ha sido menor, ha tenido que aprender y crear sus propios recursos pedagógicos, ya que sobre estos temas es muy poco lo que se encuentra. Este desafío lo ha logrado con dos proyectos trabajados con sus estudiantes, denominados ‘Consentimiento’ y ‘Mujeres de fuego’, los cuales se han transversalizado hasta grado once y con otras asignaturas en su colegio.
“Hemos logrado trabajar con nuestros estudiantes y padres de familia sobre derechos sexuales y reproductivos, prevención del abuso sexual infantil, prevención de violencias basadas en género, masculinidades conscientes y prevención de violencias sexuales”, explica la maestra.
Dora Martínez, madre de familia, comenta que la experiencia ha sido muy buena, “ella les explica a los niños cosas que por pena como padres no les explicamos a nuestros hijos. Creo que esto le sirve a mi hijo para que sea una persona más consciente, y no vaya a tener miedo de hablar de sexualidad con sus padres y expresar lo que piensa o siente”.

Este trabajo pedagógico empezó en 2015 en el Colegio Juana Escobar, ha crecido con otros maestros y fue lo que los llevó, desde el año 2021, a crear la Red Nacional de Maestros y Maestras Divergente.
De esta Red hacen parte 130 maestras y maestros a nivel nacional y trabajan como un colectivo pedagógico de investigación, formación permanente de docentes, y construcción de pedagogías. Son conscientes de la importancia de sistematizar cada una de las experiencias y de publicar en diferentes medios.
Kelly recuerda que “empezar a trabajar educación sexual con niñas y niños me llevó a crear materiales y nuevas didácticas, que surgió con un proyecto de innovación, y que gracias al IDEP empecé a sistematizar y posteriormente a publicar, por lo que, esto me abrió muchas puertas. También me llevó a dar a conocer mi práctica, ya no era sólo la maestra que inspira a sus estudiantes, a las familias, y a sus compañeros de colegio, sino también a otros maestros que sintieran la necesidad de trabajar la educación sexual en los colegios”.
El interés de la maestra empezó al evidenciar varias situaciones que representaban un riesgo para sus estudiantes. Por un lado, presuntos casos de abuso sexual, por otro lado, notó que las niñas experimentaban la menarquía sin la información necesaria para afrontarla. Además, percibió dificultades en la convivencia entre estudiantes, influenciadas por las relaciones de género. A esto se sumaban los riesgos a los que se exponían por el consumo de contenidos en redes sociales e internet.
Para la maestra Kelly, lo que la ha movido a nivel personal ha sido “identificarme con cada una de estas niñas porque yo fui una niña que crecí en estos barrios vulnerables, estudié en colegio distrital, y que al igual que muchas de ellas sufrí violencias y el verme reflejada me hizo empezar a empoderarlas, a subir su autoestima, a darles herramientas sobre prevención de violencias contra la mujer, esto me permitió ver la realidad de una manera distinta y entender que yo tenía mucho por transformar y que iba a hacer algo diferente en mi práctica pedagógica”.
Uno de sus alumnos es Camilo Peña de 7º y sobre su experiencia en la clase dice: “aprendí que el cuerpo se respeta, a poner límites, a decir no a algunas cosas que puedan afectar mi futuro y mi presente, y sobre las redes sociales, aprendí que tener cuidado y usarlas con responsabilidad, ayuda a mi seguridad”.
Para la profe, construir en red ha significado sanación, ha sido un lugar de refugio, sacrificios y resistencias. Cree que todo ha valido la pena, cuando la felicidad la atrapa al ver los aprendizajes de las y los niños y el agradecimiento de las familias, que además a través de sus hijos también aprenden.
Por Angélica Molina Reyes
Periodista del IDEP